Sissy 7 - Motivaciones de trasfondo 1

Este texto no deja de ser una revisión y una reescritura de momentos ya explicados en otros textos. Por si a alguien le parece la temática repetitiva.

A veces me pregunto porqué me gusta pensar en mi como una Sissy o un chico al que le gusta chupar pollas. Parece extraño que alguien quiera ser así o ser vista de esta manera, no es un rol muy dignificante pero no sé porqué me atrae.

El otro día después de unas conversaciones con unas amigas del eneagrama, me lo hice. Tenía curiosidad por saber qué salía. El resultado fue un 9. Leyendo la descripción del 9 había muchas cosas con las que me sentía identificado aunque no todas. Vi que el 9 tiene una tendencia a la pasividad, a quedarse quieto, a no hacer nada y que es un perfil conciliador, que no le gusta crear conflicto, y me siento bastante identificado con eso.

Pero no todo el carácter está definido simplemente por la genética. Creo que las experiencias también también marcan. En especial, el rol social que tenemos con otras personas define mucho el funcionamiento interno y como nos consideramos. Siempre me sentí un poco fuera de todo, des de pequeño sentí que no pertenecía a un grupo social, siempre tuve la sensación que me dejaba llevar por la corriente y no era capaz de tomar mis decisiones. En situaciones en la escuela, en casa, en la universidad, en el trabajo, o con los amigos me dejaba llevar por la dinámica. Socialmente era un chico que estaba físicamente presente pero socialmente ausente. No tenía mucho amigos y los que tenía no eran especialmente populares. Veía el mundo des del exterior, como un espectador que no participa. Me fijaba en las chicas y chicos populares y quería formar parte de ellos. Me acostumbre a mirar, observar y a soñar. Internamente solo quería formar parte de algo, recibir cariño, pero como no lo tenía me sentía muy mal conmigo mismo a pesar que en ese momento no sabía lo que me pasaba. Me sentía menos que el resto de las personas, tenía la autoestima muy baja. Como no me relacionaba mucho, no era muy hábil con las otras personas, y cuando intentaba contactar emocionalmente muchas veces no me salía bien y me acababa sintiendo rechazado.

Al final generé un bloqueo emocional que me servía de escudo protector. Me sentía solo pero seguro. Esa sensación era muy importante para mi porqué me tranquilizaba, dejaba de sentir esa sensación de ansiedad que el mundo me producía. Ante esa situación me masturbaba mucho cuando estaba solo en casa como una vía de escape para drenar toda esa ansiedad, frustración y miedo. A los 15 años empecé a encerrarme en el baño cuando estaba solo en casa. Me desnudaba, me tocaba el pene, el culo, el pecho. Me esparcía líquidos por el cuerpo por notar sensaciones diferentes como aceites y espumas. Me introducía pequeños objetos en el ano como bolígrafos y rotuladores. Esas fueron mis primeras relaciones sexuales, en total soledad, física y emocional. Había construido sin darme cuenta un refugio emocional y sexual, un espacio en que me sentía seguro, donde nadie me podía hacer daño, y dónde podía jugar con mi sexualidad. Creo que ahí empecé a generar un patrón de comportamiento. Asocié un estado emocional desagradable con la necesidad de excitación sexual: baja autoestima, mucha sensación de soledad, ansiedad, sensación de pérdida, sensación de rechazo, sensación de impotencia, de incomprensión, de vivir en un mundo hostil, de miedo a las personas, de miedo a sufrir.


Refugio
Para ser un poco más explícito y hacerlo más comprensible explicaré en que consistía visitar mi Refugio. Ese espacio emocional nació de la necesidad de tener un espacio aislado de la ansiedad que me producía el mundo. Seguro que no soy el único que necesita tener ese espacio. Y cada uno lo tendrá en algo diferente, quizá en hacer deporte, en salir de fiesta, en pintar... en mi caso como no me habían enseñado a entenderme, ni a buscar en actividades sociales o deportivas, ese espacio para desconectar y sentirme realizado, lo que hacía era masturbarme. Entendí que era la mejor opción y más factible para sentirme bien. Las primeras veces fue cuando era jovencito, como he explicado antes. Cuando estaba solo en casa aprovechaba para tener una sesión de una o dos horas en el baño tocándome e introduciendo objetos pequeños en el ano. En esa época todo era mucho más inocente que en la edad adulta, pero tengo la sensación que siempre he tenido facilidad en encontrar maneras diferentes de darme placer. En esa época era muy tímido con las chicas. Si me cruzaba por la calle con una chica conocida de la escuela o la hermana de algun conocido no la saludaba. Pasaba por su lado, mirando al suelo, deseando que no me dijera nada por miedo a dirigirme a ella. Con chicos me pasaba algo diferente, si me cruzaba con uno no pasaba nada, pero si me cruzaba con un grupo de 3 o 4 chicos sentía mucha ansiedad. Tenía miedo que se metieran conmigo y que me increparan por algo. Solo el hecho de responder se me hacía imposible, y me bloqueaba totalmente. En la escuela ya me había pasado que algun chico mayor y conflictivo se aprovechaba de mi poca capacidad para defenderme. Supongo que para sentirse poderoso y mejor. Este tipo de cosas me fueron pasando durante el tiempo que estuve en la escuela y más tarde en el insitituto.

De adulto joven, después de haber estudiado un poco más, haber cambiado de amigos, y haber crecido un poco volví a recurrir a mi Refugio. Habían cambiado bastantes cosas pero muchas situaciones que había vivido de pequeño me condicionaban de alguna manera. En esa época, tenía un espacio para mi y un ordenador para acceder internet. De igual manera que cuando era más joven me pasaba horas masturbándome cuando podía. Usaba velas largas, y verduras como zanahorias, plátanos y pepinos para penetrarme analmente con la finalidad de tener nuevas y más intensas sensaciones. Como las verduras no eran la mejor opción, llegué a la conclusión que lo mejor sería comprar una polla de plástico para tener siempre a mano. En esa época estaba estudiando y tenía unas perspectivas de futuro un tanto abiertas. Una cierta esperanza de mejora. A pesar de eso la situación familiar había empeorado bastante, lo cual añadía en mi una carga emocional negativa extra. Me sentía especialmente culpable por haber hecho mucho daño a una persona muy cercana, y eso me remordía mucho la conciencia, con lo que accedía al Refugio de manera habitual. Visto en perspectiva en esa época estaba emocionalmente muy mal. Tenía la autoestima por los suelos, era extremadamente inseguro y sufría mucho la soledad emocional que vivía.

Una vez terminada la universidad estuve unos 6 meses un poco a la deriva a la espera que alguna empresa me contratará. Como he dicho antes, soy una persona bastante pasiva y pasaba muchas horas parado sin hacer nada. Como eso me producía ansiedad acababa viendo porno y masturbándome. La relación con la chica que tenía tampoco iba nada bien. Me sentía muy rechazado por ella u en ese momento ella ya me había sido infiel en varias ocasiones (ya he explicado algunas cosas en anteriores textos). Como tenía mucho tiempo, y nada que hacer, accedía conpulsivamente al Refugio: ese espacio emocional en que podía olvidar por unos momentos mi malestar.

El mecanismo era el mismo de siempre; a partir de un estado emocional malo me masturbaba para dejar de sentir esa parte negativa. A medida que lo iba haciendo empecé a sofisticar un poco el mecanismo. Me di cuenta que cuando estaba muy excitado y re-visitaba emocionalmente todos esos momentos desagradables en que alguien me había hecho sentir mal, me excitaba todavía más. De modo que empecé a usar también ese mecanismo como algo habitual. Pasaba varias horas al día, cada día durante muchos días, haciendo esto y empecé a relacionar vídeos porno con experiencias personales. Empecé a desarrollar mucho la fantasía del cornudo y empece a ver los primeros videos Sissy y trans. También tenía algún que otro plug anal que me ayudaba a incrementar las sensaciones. Como pasaba tanto tiempo siempre tenía la necesidad de hacer las cosas un poco más intensas, y en ese momento empecé a experimentar con el dolor físico. Como he dicho antes me sentía muy culpable, y necesitaba sentirme castigado. Me azotaba, usaba elementos cotidianos para pegarme. Usaba pinzas de tender la ropa para producirme dolor y cosas por el estilo. Sentía la necesidad de sentir un castigo. Todas esas prácticas conectaban muy bien con mi Marco Mental Original (el del chico joven que fui una vez). Supongo que hay personas que ante una situación de malestar emocional reaccionan diferente, como yo no tenía a nadie que me ayudara lo gestioné yo mismo como pude El detonante de toda esta fase más extrema fue la relación con mi chica. Gracias a ella y a la dinámica que había desarrollado des de joven, conecté varios puntos: la humillación y el rechazo por ser cornudo, el deseo extremo de aceptación por su parte, y la excitación o atracción sexual que ella me producía. Esa situación vivida durante mucho tiempo fue la que hizo que sexualizara una relación tóxica basada en la dominación y sumisión. Me masturbé mucho recordando todos esos momentos en que ella me había hecho sentir mal, ya fuera porqué se había liado con alguien, o por qué simplemente me ignoraba. Mi satisfacción sexual aumento bastante al adoptar esta práctica perversa. Como me di cuenta que yo reaccionaba muy bien ante esa perveresión, busqué en mi pasado y volví a revivir y a recordar todas las experiencias en que me había sentido humillado, maltratado o abusado por otras personas. Eroticé todas esas situaciones e imaginaba que vivía experiencias nuevas parecidas. Des de ese momento el Refugio se convirtió en un espacio que de vez en cuando era mucho más oscuro y perverso. Pero ya no era exclusivamente un Refugio, porqué no accedía solo cuando me sentía muy mal, sino que también accedía cuando estaba aburrido, tenía tiempo o tenía ganas de excitarme, y revivía voluntariamente todas esas situaciones humillantes para potenciar mi excitación.

A partir de todas esas experiencias asumí un nivel de perversión bastante alto. A pesar de que sexualmente me resultaba muy excitante, cuando venía el bajón posterior, siempre me sentía culpable y avergonzado, por haber disfrutado de esa manera tan denigrante. Hoy en dia entiendo muy bien toda esa época, y comprendo qué me pasaba, pero en ese momento no tenia ni idea de todo esto. Me movía por instinto sexual, no saber porqué deseaba todo eso me producía mucha ansiedad y verguenza.

1 year ago
Comments
Please or to post comments